Chocolate con leche, chocolate negro, en tabletas, chocolate caliente o como cobertura de una torta... El chocolate es una pasión global que trasciende generaciones, culturas y fronteras. No es de extrañar que tenga su propio día: el 7 de julio, Día Mundial del Chocolate.
Para celebrar este símbolo universal del placer gastronómico, Civitatis, plataforma de venta de tours y actividades en español, seleccionó cinco destinos imperdibles para los amantes del chocolate.
Desde la tradición suiza hasta la creatividad colombiana, pasando por inmersiones culturales en Cuba, museos interactivos en Bélgica e itinerarios temáticos en Brasil, estos destinos ofrecen experiencias tanto para los amantes del chocolate como para los viajeros curiosos.
Gramado, Brasil
Conocida como la «capital brasileña del chocolate artesanal», Gramado reúne a decenas de marcas locales y una sólida cultura en torno al producto, que son impulsadas por el turismo.
Una de las maneras más divertidas y completas de vivir esta experiencia es a través del Chocobus, un autobús temático que lleva a los visitantes a las principales tiendas y fábricas de chocolate artesanal de la ciudad, como Prawer y Gramadense.
Durante el recorrido, los viajeros visitan un hotel totalmente inspirado en este dulce e incluso tienen la oportunidad de participar en un taller para elaborar su propia barra de chocolate. Es un itinerario ideal para familias, parejas y cualquiera que desee combinar turismo, diversión y sabor.
Zúrich, Suiza

En el Museo Lindt, Zúrich, Suiza, está la fuente de chocolate más grande del mundo, de nueve metros de altura.
Suiza, el país con el mayor consumo de chocolate per cápita del mundo, alberga algunas de las marcas más importantes de esta industria. Por ejemplo, en Zúrich se puede visitar el Museo Lindt Hogar del Chocolate, que impresiona a los visitantes desde la entrada con la fuente de chocolate más grande del mundo, de nueve metros de altura.
El museo narra la historia de la producción de chocolate suizo y ofrece una degustación guiada. Además, para quienes deseen combinar turismo y chocolate, el tour por Zúrich, con paseo en barco y visita al museo, recorre los lugares históricos de la ciudad y culmina con una experiencia en Lindt.
La Habana, Cuba

La Habana, Cuba, ofrece una inmersión profunda en las raíces culturales y místicas de este ingrediente.
Cuba también tiene una fuerte conexión con el cacao y ofrece una inmersión profunda en las raíces culturales y místicas de este ingrediente.
El tour de chocolate y miel de Civitatis por La Habana es una opción para quienes desean conocer la profunda relación del país con este manjar.
El tour comienza con una ceremonia de agradecimiento al dios del cacao, seguida de una degustación de chocolates cubanos y bebidas típicas como la canchánchara, preparada con ron y miel directamente del grano.
La experiencia finaliza con la creación y degustación de un licor de chocolate artesanal, maridado con postres y puros. Un viaje sensorial a través de las tradiciones cubanas.
Punta Cana, República Dominicana

República Dominicana es el noveno mayor productor de cacao del mundo según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).
República Dominicana, el noveno mayor productor de cacao del mundo según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), se destaca por su cacao caribeño, reconocido por su calidad y sabor intenso.
Este producto es fundamental en la gastronomía local y en las experiencias turísticas.
En Punta Cana, se puede participar en un taller de chocolate artesanal, con una clase práctica sobre trufas y barras decoradas.
La actividad incluye transporte desde el hotel, degustaciones y una copa de mamajuana, una bebida tradicional del país.
Bruselas, Bélgica
Bélgica es considerada una de las capitales mundiales del chocolate, y Choco Story es su embajador oficial.
Ubicado en el corazón de Bruselas, el museo ofrece un recorrido por 5.000 años de historia del cacao, desde sus orígenes mayas y aztecas hasta su popularización en las pastelerías europeas.
Además de aprender sobre todo el proceso de producción, los visitantes pueden asistir a una demostración de confitería en vivo con un maestro chocolatero y participar en una irresistible degustación de praliné. Una clase interactiva y deliciosa para todas las edades.
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