Los estados de Bahía, Pará, Río de Janeiro y Santa Catarina ofrecen un caleidoscopio de sabores, aromas y personalidad que son emblemáticos de la gastronomía brasileña.

BAHÍA

Acarajé

El acarajé es una croqueta frita, hecha con masa de porotos blancos molidos.

En Salvador, la capital bahiana, existe un museo dedicado a la gastronomía de la región, lo que da una pauta de la importancia que se le da a la culinaria como fotografía de su cultura y acervo.

El Museo de la Gastronomía de Bahia, ubicado en el barrio colonial del Pelorinho, busca resaltar el contextos histórico de la comida de Bahía (sus nexos con África y Europa, por ejemplo), culturales y sociales, e incluye exposiciones fijas, itinerantes, restaurante, un espacio de art-food y una tienda de postres y libros.

Bahía tiene platos icónicos como la moqueca (una cazuela de pescado y frutos de mar, cocidos en leche de coco que se sirve en la mesa con la misma olla de barro en la que se cocina).

Otro símbolo bahiano es el acarajé, una croqueta fritas hecha con masa de porotos blancos molidos, que luego se rellena con camarones y especias. Para las frituras, el aceite de dendé (también conocido como aceite de palma) es un ingrediente infaltable de la gastronomía de la región, así como el coco, excluyente en los postres tradicionales como la cocada y la baba de moça.

La gastronomía bahiana es un ícono de la variada culinaria brasileña y un motivo, sin dudas, para conocer ese estado del Nordeste brasileño.

PARÁ

Tacacá

Tacacá, es una sopa hecha con camarones deshidratados.

La ciudad de Belém -ubicada en la ribera del río Amazonas- se consolidó como un referente internacional por la peculiaridad de su gastronomía, punto alto de sus atractivos turísticos.

En la capital del estado de Pará, uno de los principales atractivos es el mercado al aire libre llamado “Ver-o-Peso”, uno de los más antiguos del país, donde se venden hierbas medicinales y alimentos autóctonos de la región amazónica.

Allí es posible degustar los mejores platillos típicos, con base en ingredientes locales; algunos de ellos son el pato en tucupi (tucupi es un caldo producido por la fermentación de la yuca); maniçoba (hoja de mandioca); tacacá, una sopa hecha con camarones deshidratados; tucupí y jambu (planta originaria de la región norte) y el famoso açaí, puré de la fruta amazónica energizante que allí se come con harina de mandioca y pescado frito.

Pará es una invitación a descubrir los encantos de la Amozonía, que se reflejan en los colores, aromas y sabores incomparables que pueden ser descubiertos en este lugar increíble del norte de Brasil.

RIO DE JANEIRO

Feijoada

La Feijoada contiene porotos negros con verduras y carne de cerdo.

Homónimos, el estado y su capital son un símbolo de Brasil en el mundo, y uno de los destinos más visitados por turistas nacionales y extranjeros.

Eterna postal de las bellezas de Brasil, celebrada por músicos y poetas, el alma de la ciudad de Rio de Janeiro vive en sus bares y «botecos»: lugares relajados donde se come y bebe, se conversa entre amigos o se disfruta de los partidos de fútbol en la tele.

Los bares cariocas fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Ciudad por parte del gobierno municipal, ya que son lugares de consumo cultural que permiten entender la historia carioca y también sus tradiciones: degustar una feijoada (potaje de porotos negros con verduras y carne de cerdo), o unos bolinhos (croquetas) de bacalao acompañando una caipirinha o un Filé Osvaldo Aranha (lomo a la plancha con ajo tostado y guarnición de harina de mandioca, llamada farofa) forman parte inseparable de ellas.

Río no necesita presentaciones: su encanto, estilo de vida y playas deslumbrantes se complementan con una inmersión gastronómica en la cuna de la bossa nova.

SANTA CATARINA

Camarones

Los camarones son un producto típico de Florianópolis, en Santa Catarina.

Por su gastronomía, la capital catarinense es una de las ciudades brasileñas que forman parte de la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO, una lista que integra espacios urbanos donde la articulación eficiente entre actividades sociales y artísticas que contribuyen de forma relevante a la calidad de vida sus habitantes.

Florianópolis -una isla de 674 km cuadrados- está conectada al continente por un puente, es célebre por sus frutos de mar y por ser la mayor productora de ostras de Brasil.

Un clásico de la visita a Florianópolis es la Secuencia de Camarones, que consiste en camarones preparados de diferentes formas (fritos, asados, empanizados y al vapor) o las anchoas a la plancha.

En el Mercado Público del centro de la ciudad se combinan el patrimonio arquitectónico y la venta de productos frescos, con pequeños restaurantes de gastronomía típica donde el color local y los buenos precios hacen que la pausa gastronómica sea indispensable.

CÓMO LLEGAR

Para viajar a Salvador, Belém, Río de Janeiro y Florianópolis, existen vuelos directos o con escalas a partir de Santiago de Chile.

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