La Asociación de Hoteles y Servicios Turísticos de Torres del Paine, HYST, manifestó su profunda preocupación por la paralización iniciada el 2 de junio a nivel nacional por los funcionarios de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), y advirtió los efectos que esta medida está generando en el acceso y funcionamiento de las Áreas Silvestres Protegidas.

Sara Adema, gerente de la Asociación de Hoteles y Servicios Turísticos de Torres del Paine (HYST)

Sara Adema, gerente de la Asociación de Hoteles y Servicios Turísticos de Torres del Paine (HYST).

La asociación aseveró que el cierre total o parcial de parques y reservas genera un impacto directo a la industria turística, un sector productivo que depende de la continuidad operativa de estos espacios para su desarrollo.

De esta manera, consideran que es inaceptable que se recurra a esta medida como una forma de ejercer presión en un conflicto laboral, afectando no solo a los visitantes, sino también a emprendedores y trabajadores que dependen de esta actividad.

“Nos parece extremadamente grave que las Áreas Silvestres Protegidas estén siendo utilizadas como moneda de cambio en un conflicto laboral, ya que son espacios fundamentales para el desarrollo económico de regiones como Magallanes, y afectan también el derecho de las personas a acceder a estos lugares”, señaló Sara Adema, gerente de HYST.

Asimismo, advirtió que los parques se encuentran actualmente con acceso liberado, lo que representa una pérdida significativa en la recaudación fiscal y deja en evidencia una preocupante debilidad en la gestión de las áreas protegidas.

“Se está dando una señal muy preocupante. No solo existe un daño económico real, sino también un impacto en la percepción internacional sobre la gestión de nuestros parques. Esto afecta la planificación de operadores turísticos, la confianza en nuestras instituciones y, por supuesto, la imagen de Chile”, agregó Adema.

Por estos, el llamado al Gobierno es asumir su responsabilidad frente a esta situación. “No puede ser que, ante cada conflicto, la respuesta sistemática sea la paralización de funciones. Esta práctica, que se ha instalado como parte de una cultura de presión, no solo daña al turismo, sino que también la confianza en la institucionalidad del país”, expresó la gerente de HYST.

Aunque reconoce que la paralización en temporada invernal disminuye parcialmente los efectos, Sara Adema recalcó que no se debe relativizar el impacto de esta situación. “Como asociación, no desconocemos las demandas laborales de los funcionarios, pero creemos firmemente que el país necesita avanzar hacia soluciones estructurales que no pasen por dañar a sectores estratégicos como el turismo”, concluyó.