Por su topografía montañosa y diversidad de paisajes y playas, la extensa geografía fluminense es ideal para la práctica de deportes extremos. Con cada vez más adeptos, estas disciplinas requieren de la naturaleza y un entorno sustentable. Mar o montaña, agua fría o templada, a seguir algunas de las opciones más atractivas.

Montañismo 

Ubicado en la región serrana de Río de Janeiro -a unos 97 kilómetros de la capital-, el Parque Nacional Serra dos Órgãos es uno de los mejores lugares del suroeste de Brasil para practicar deportes como escalada, senderismo y rappel. En medio de 20.024 hectáreas de área verde, el pico Dedo de Dios es uno de los mejores desafíos para quienes desean alcanzar la cima, y la Aguja del Diablo ha sido elegida como una de las 15 mejores escaladas en roca del mundo. Además, 200 km de sendero con distintos niveles de dificultad, complementan la oferta junto con los 30 km de ascensos y descensos en el cruce Petrópolis-Teresópolis.

Surf

Entre mayo y octubre, la región del litoral de Cabo Frío (a 155 kilómetros de Río de Janeiro) es tomada por los surfistas. Las olas más altas son “cazadas” en playas como Brava, Aquárius, Foguete, Peró y Forte. De allí es oriundo el pionero de este deporte en Brasil, Víctor Ribas, cuya estatua se erigió en la Praça das Águas, en el paseo marítimo de Praia do Forte. Además de ser un entorno perfecto para la práctica del surf, kitesurf y windsurf, la región es un lugar de culto y allí se encuentra el International Surf Museum; en la muestra se cuentan rarezas como un modelo de tabla de 1920 y otro de 1967, producido en la primera fábrica brasileña de tablas de surf. Las aguas de las playas son frías, como sugiere el nombre de la región.

Parapente

Si hay un pico privilegiado en el Parque Nacional Tijuca, esa es la rampa Pedra Bonita. El punto es considerado por especialistas como uno de los mejores del mundo para vuelos en parapente debido a la vista panorámica de casi toda la cidade maravilhosa: las Islas Cagarras, la favela Rocinha, Pedra da Gávea, entre otros puntos icónicos. La experiencia dura en promedio unos 15 minutos, y el aterrizaje se realiza en Praia do Pepino, ubicada en el barrio de São Conrado, en donde se puede nadar y tomar agua de coco para celebrar la experiencia. Para que el «vuelo» sea seguro se recomienda contratar a instructor especializado, capaz de acompañar el trayecto de forma segura.

Kitesurf, windsurf y vela

Las playas de Cabo Frío son un territorio altamente valorado por los fanáticos del kitesurf, el windsurf y la vela. La infraestructura es muy completa y la oferta de cursos es amplia, para debutantes e iniciados, con un precio promedio de 50 dólares la hora, equipos incluidos. Para los más experimentados, las playas de Foguete, Peró y Pontal do Peró son ideales para salir a domar al viento.

Sandboard

En Cabo Frío las tablas dominan las preferencias de los deportistas, para deslizarse sobre olas o dunas. En la arena, el sandboard –la versión tropical del snowboard- garantiza momentos adrenalínicos. Para esta práctica no hacen falta dunas enormes: privilegiada por la geografía de las dunas, la ciudad tiene un rincón ideal para aquellos que quieren arriesgarse y se encuentra en el Parque estadual Costa do Sol.

Remo

La práctica de remo es un clásico en un entorno tan agreste como el de Río de Janeiro. Los primeros clubes del deporte de la ciudad se fundaron en la primera mitad del siglo XX en el entorno natural de la Lagoa Rodrigo de Freitas, en el corazón de la zona sur. Los remeros también se inician en la pequeña Praia da Urca, zona militar a los pies del Pão de Açucar, y  si las condiciones climáticas son favorables llegan a la cercana Praia de Fora. Desde allí, la perspectiva poco común revela el paisaje conocido, pero siempre sorprendente de la «cidade maravillosa». 

Voley de playa

Si bien no es un deporte extremo, el vóley de playa es una actividad que se identifica con el alma carioca. Tanto en las playas de la zona sur de la capital como Ipanema, Copacabana o Leblón, el Beach Voley es un clásico que ha hecho de Brasil una potencia global en esa disciplina. En Cabo Frío, en la arena de la Praça das Águas,  se encuentra el Circuito Brasileño de Voleibol de Playa, donde juega la categoría sub 23 de la selección nacional de voleibol. Una de las particularidades del lugar es que, si bien en el día las arenas son iluminadas por la potente luz solar, en la noche baja drásticamente la temperatura, un detalle para tomar en cuenta para los visitantes.

Fotos: Embratur